jueves, 1 de diciembre de 2011

"Me he acostumbrado a vivir muchos años fuera de mí, pensando en cosas que estaban muy lejos, y ahora que estas cosas ya no existen, sigo dando vueltas y más vueltas por un sitio frío, buscando una salida que no he de encontrar nunca. Yo lo sabía todo. Sabía que se había casado; ya se
encargó un alma caritativa de decírmelo, y he estado recibiendo sus cartas con una ilusión llena de sollozos que aun a mí misma me asombra. Si la gente no hubiera hablado; si vosotras no lo hubiérais sabido; si no lo hubiera sabido nadie más que yo, sus cartas y su mentira hubieran alimentado mi ilusión como el primer año de su ausencia. Pero lo sabían todos y yo me encontraba señalada por un dedo que hacía ridícula mi modestia de prometida y daba u aire grotesco a mi abanico de soltera. Cada año que pasaba era como una prenda íntima que arrancaran de mi cuerpo.
Y hoy se casa una amiga y otra y otra, y mañana tiene un hijo y crece, y viene a enseñarme sus notas de examen, y hacen casas nuevas y canciones nuevas, y yo igual, con el mismo temblor,igual; yo, lo mismo que antes, cortando el mismo clavel, viendo las mismas nubes; y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachos y muchachas me dejan atrás porque me canso, y uno dice: «Ahí está la solterona», y otro, hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: «A ésa ya no hay quien le clave el diente». Y yo lo oigo y no puedo gritar sino «vamos adelante», con la boca llena de veneno y con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca, de mi rincón."
Doña Rosita la Soltera (Federico García Lorca)

Magnífica obra de Lorca, una crítica absoluta a la sociedad de principios de siglo y en parte, sin saberlo, a la de ahora.
Este año me he metido en un grupo de teatro y he protagonizado un papel en esta obra. Yo soy Amor, una solterona que no se separa de su madre y sus dos hermanas, también solteras. Damos a la obra un toque de humor y esperpento, pues no tenemos nada que comer pero nos comportamos como si fuéramos ricas.
Hacer teatro es genial, os animo a todos a perder miedos y a meterte en la piel de otra persona inventada por alguien que no conoces por un momento. Es un ejercicio de empatía, imaginación, concentración, expresión corporal, memoria, trabajo en grupo... El teatro debería impartirse en los colegios, educando a los niños no tendríamos tantos problemas de mayores, como el sentido del rídiculo entre de otras muchos cosas.

No hay comentarios: